PEDRO ANTONIO ORTIZ BÁEZ, Conocimientos campesinos y prácticas agrícolas en el centro de México. Hacia una antropología plural de saberes, Universidad Autónoma Metropolitana, Juan Pablos Editor. México. 2013, 401 pp.

ISBNN de la obra: 978-607-477-925-7 UAM

ISBNN de la obra: 978-607-711-138-2 Juan Pablos Editor

 

RECIBIDO: 12 de octubre de 2015; ACEPTADO: 28 de octubre de 2015

 

Existe una vasta literatura científica que se ha dedicado al estudio del campesinado, en ella se ha insistido en limitar su conocimiento a lo tradicional y repetitivo, por el contrario, este texto busca nuevas rutas teórico-metodológicas para entender las técnicas, conocimientos y saberes de los campesinos bajo los principios de la termodinámica de sistemas alejados del equilibrio.

La investigación no es un estudio de casos, aquí se modela no sólo en el ámbito campesino, sino hacia formas de producción de conocimiento más amplias, los cuales se analizan como sistemas disipativos, de acuerdo con los planteamientos de Prigogine y G. Roegen. Así, los procesos sociales de producción de conocimiento sólo pueden aparecer y reproducirse como sistema en medio de la fluctuación, la variabilidad, la confrontación, el intercambio de ideas, saberes, intuiciones, proposiciones, procedimientos y teorías.

Para quienes el objeto de estudio e interés son los campesinos resulta innova- dor encontrar que el conocimiento campesino ya no es visto como conocimiento empírico, así se le ha identificado tradicionalmente en las ciencias sociales, además, en ellas prevalece una visión que identifica a la cognición campesina y otras formas cognitivas extracientíficas como pensamiento mágico, conocimientos in- strumentales, eficacia simbólica o racionalidad ecológica. A contracorriente, este libro analiza la manera como los actores generan y transmiten el conocimiento, el cual al fijarse en el tiempo se articula con otras estructuras logrando generar esquemas, reglas y modelos, ello es posible porque este conocimiento se encuen- tra en transformación, pero también tiene la capacidad de generar categorías y construir un sistema de ideas en el tiempo por medio de creencias y secuencias que conforman lo que el autor denomina el sistema campesino de conocimientos.

Es muy común encontrar en las investigaciones y la literatura sobre el campesinado una línea de análisis que se bifurca en forma casi irreconciliable y que segmenta la forma de producción agrícola, a una la denomina como la forma campesina o tradicional de producción agrícola, y a la otra como agricultura comercial, pero en esta investigación se describen las técnicas, procedimientos y sabidurías de los campesinos como parte de un sistema de producción agrícola ancestral ligado a elementos de la modernidad, se analizan procesos de interacción en diferentes momentos y condiciones, incluye sabidurías, categorías cognitivas y procedimientos técnicos milenarios del campesinado mesoamericano, pero también procesos más recientes que tienen que ver con 300 años de coloniaje y la llamada revolución verde. La investigación se centra en los campesinos del Altiplano Central de México, abarca un periodo que va de 1999 a 2001 y se basa en experiencias de campo de localidades del centro de México, en especial de Atlihuetzía, poblado semirrural del municipio de Yauhquemehcan, Tlaxcala, así como de otros lugares de este estado (Ixtenco, Nanacamilpa y Cuamantzingo); de Puebla (Huixcolotla, Zautla y Tlamanca); Estado de México (Atlautla), y el sur del Distrito Federal (Míxquic y Zapotitlán). Los conceptos teóricos fueron construidos a partir de datos, y la teorización, las relaciones y las estructuras abstraídas permitieron dar paso a las tendencias, las recurrencias, los patrones y las reglas generales del saber campesino. En un primer momento, el texto nos muestra cómo la tendencia episte- mológica que pervive y es hegemónica hasta nuestros días es la aristotélica, la clásica división entre conocimiento científico y conocimiento empírico. En la antropología se observa cómo esa influencia imperó hasta el siglo XIX, donde las formas de convivencia de las sociedades primitivas fueron caracterizadas como supersticiones, indefensión ante el medioambiente, la religión y la magia, los rituales, costumbres bárbaras, por ende, imposible de ser vistas como destrezas físicas especiales, sistemas complejos o filosofías alternativas, mucho menos como descubrimientos técnicos especializados. En contraparte, a la sociedad europea se le ha atribuido cualidades de racionalidad, superioridad y cientificismo. Desde esa perspectiva epistemológica en el libro se identifican los elementos que han permitido o limitado el acercamiento de la antropología a la estructura y los

mecanismos de producción y reproducción del conocimiento extracientífico.

En específico respecto del trabajo campesino, éste ha sido visto como una repetición de técnicas y procedimientos heredados de padres a hijos, los campesinos aparecen como entes pasivos incapaces de producir ytransformar el conocimiento que reciben y sin seleccionar la experiencia que transmiten. El aporte de este libro es mostrar cómo los campesinos experimentan, deducen ygeneralizan, actualizan y revitalizan los procesos productivos.

 

RESEÑAS


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El texto destaca cómo el proceso de producción campesina pasa por un entre- namiento previo en el que los actores aprehenden conceptos clave, categorías analíticas, los principales componentes del trabajo, sofisticadas habilidades para el uso de herramientas y el desarrollo de tareas. Pero además, la esencia del cono- cimiento que se transmite de padres a hijos en el centro de México, de abuelos a nietos, de conglomerados culturales a unidades familiares campesinas, adquieren formas de pertenencia con sentido, forma y contenido.

Visto como sistema integra una gran cantidad de elementos heterogéneos que van desde la clasificación minuciosa del entorno, hasta las relaciones significativas entre los diferentes elementos de la clasificación, un calendario ritual y productivo de siglos de observación del cosmos; agrupa formas de manejo individual o com- binado con una cantidad amplísima de especies vegetales y animales, secuencias operativas específicas, la educación del cuerpo y los sentidos para el trabajo y la percepción. Los campesinos tienen la capacidad para desarrollar valores, axiomas y modelos mentales y sintetizar los resultados de la experimentación de lo que en este texto se denominan laboratorios campesinos donde se observan los mecanis- mos culturales de ensayo-error-corrección.

Otro aporte de esta investigación es que identifica la característica básica del modo campesino de producción, su incapacidad para expandirse sin agotar su base energética (la fertilidad de los suelos), lo que obliga al sistema a adoptar usos energéticos de mínima disipación de la energía, por lo que a su vez encamina la producción principalmente hacia el autoabasto y el rendimiento como medida del trabajo familiar e individual. El sistema campesino de conocimientos, concluye el autor, se construye en la práctica cotidiana y se encuentra inmerso en dinámicas abiertasylaxas que loobligana redefinirse de forma constante, pero alavez cuenta con sólidas estructuras cognitivas normalizadas desde tiempos inmemoriales.

Si bien el libro se enfoca en el conocimiento campesino, sienta las bases para el acercamientoa otras manifestaciones cognitivas. El libro invita a construir nuevas miradas, deja caer viejos mitos y propone una nueva vía de análisis, lo cual obliga a una lectura minuciosa, el texto resulta denso, pero vale la pena sumergirse en su complejidad por la diversidad de elementos que proporciona, además de ser una lectura obligada para los desarrolladores de políticas y programas dirigidos al sector primario.

 

Carlota Amalia Paredes López

 

 

 

 

 

Antropología Americana Vol.1 Num. 1(2016), pp. 129-131