BOCK, Edward de, Human sacrifices of cosmic order and regeneration: Structure and meaning in Moche iconography, Peru, AD 100-800. British Archaeological Reports, Oxford, 2005, 132 pp. ISBN 10: 1841717207,

ISBN 13: 9781841717203

 

BOCK, Edward de, Sacrificios humanos para el orden cósmico y la regeneración. Estructura y significado en la iconografía Moche. Ediciones Sian, Trujillo, 2012, 187 pp.

 

 

RECIBIDO: 4 de septiembre de 2015; ACEPTADO: 13 de octubre de 2015

 

Los Moche son en la actualidad objeto de intereses de numerosos Americani- stas dedicados a documentar e interpretar las evidencias de la organización e ideología de esa sociedad desarrollada en los valles y desiertos de la costa norte peruana durante el primer milenio dC. En ese escenario académico, el estudio de la iconografía Moche adquiere un rol principal, habiendo sido enfocado hacia la definición de la función y significado del variado corpus de imágenes de esa tradición estilística y cultural sudamericana. Al conjunto de obras dedicadas al análisis de la iconografía Moche se suma el libro aquí revisado, publicado origi- nalmente por British Archaeological Report y reeditado recientemente en Perú. En ambas presentaciones De Bock explora las narrativas visuales Moche (carentes de escritura fonética), apreciando al arte de esa población prehispánica como descriptivo, representativo y con un marcado simbolismo. La continuidad cultural Andina aceptada por el autor le lleva a considerar tanto la información sobre los Incas como aquella recopilada en pueblos modernos del norte peruano como fuentesvalidas de datos para interpretar el orden subyacente alarte pictórico Moche. Sin embargo, De Bock pone énfasis en la comprensión de las escenas Moche a partir de la propia organización de las propias imágenes. La definición de una lógica interna que asocie a distintas escenas y personajes de la iconografía revela la impronta de la obra de Tom Zuidema y de los conceptos de bifurcación y conjunción que, para De Bock, son el reflejo de un dualismo fundamental en la ideología de los Andes. Es así como el libro de De Bock contiene frecuentes referencias a conceptos afines a la dualidad, como oposición y complementariedad, bipartición y tripartición, sustentando la propuesta ocurrencia para los Moche de esos esquemas organizativos en la continuidad propuesta entre el pasado antiguo y reciente de las poblaciones costeñas y serranas Andinas.

El libro está constituido por nueve capítulos dedicados a la organización y simbolismo de las escenas Moche de combate, ritualidad y sacrificio humano. La primera sección introduce al lector a la arqueología Moche. Partiendo de obser- vaciones sobre el origen y significado de las botellas del asa estribo se examina el simbolismo de este tipo de vasijas, encontrando paralelos entre la morfología de esas piezas y las nociones de partición y conjunción recurrentes en la ideología de las poblaciones del área Andina. Para De Bock, el diseño de la cámara y el asa de las botellas Moche expresaba nociones de complementariedad originadas en el periodo Formativo (1600-200 aC), cuando se establecieron los conceptos de oposición y conjunción reiterados a partir de entonces en el arte y pensamiento de los pueblos Andinos prehispánicos.

El segundo capítulo revisa las diversas metodologías empleadas para anali- zar la iconografía Moche y, en general, el arte Precolombino. En esa sección el autor examina críticamente las propuestas de Kubler publicadas en 1962, a las que reconoce como influyentes en posteriores generaciones de investigadores pero además como limitativas de posteriores aproximaciones interpretativas a la iconografía prehispánica. De Bock resalta en cambio los aportes de Nicholson y Willey al tema, y propone que, ante las evidencias de un marcado tradicionalismo ideológico, los valores culturales Andinos ofrecen un complemento y sustituto a las fuentes escritas para el estudio iconográfico de las sociedades anteriores al siglo XVI.

La definición de una dualidad ideológica impregna el trabajo de De Bock, quien en las dos siguientes secciones presenta las fuentes documentales de su propuesta. Esas secciones incluyen una variedad de datos sobre mitos de creación, referencias a calendarios ceremoniales, datos sobre la organización sociopolítica Colonial de la costa norte e información antropológica de la costa norte y la sierra sur peruana, información que es expuesta previamente a la presentación de la metodología analítica de la cerámica pintada Moche. Debe resaltarse el interés del autor en la etnohistoria y la etnografía Andina y Amazónica, a las que considera fuentes de datos vitales para formular y contrastar la reconstrucción del pasado prehispánico. Sus referencias a los relatos de Huarochirí en la Sierra Central, es- critos en quechua en el siglo XVII, nos remiten a una fuente de información cada vez más apreciada para acercarnos a las narraciones cosmogónicas del periodo Prehispánico tardío y Colonial temprano.


 

A continuación se exponen el método y los resultados del análisis de la organización jerárquica y los principios de bipartición complementaria en las escenas cerámicas Moche. Para De Bock la iconografía cerámica Moche fue concebida como una representación de la jerarquía social que ordenaba a los participantes de la vida ceremonial Moche, cuyos aspectos más relevantes representados pictóricamente fueron los encuentros violentos y las ceremonias propiciatorias ejecutadas por comunidades culturalmente afines. En el caso de las representaciones graficas de armas de combate, estas habrían tenido un significado mayor al de simples imágenes decorativas, simbolizando a través de su número y decoración la or-ganización ideal de los grupos de guerreros en segmentos duales sucesivamente bipartitos. Habiendo presentado los resultados de su propuesta metodológica para un grupo de representaciones grupales de personajes humanos y sobrena-turales, el autor aplica su modelo interpretativo a tres de las escenas de combate más complejas del arte cerámico Moche, en las que identifica tanto a pares de bandos como a los combatientes de mayor rango, los cuales al aparecer en puntos liminales de la composición devendrían en indicadores de trasgresión o dominio del espacio representado.

La séptima sección del libro trata sobre los ritos de pasaje y sacrificio y hace referencia a la organización religiosa y política Inca de los siglos XIII a XVI. De Bock acude aquí tanto a información etnográfica global como a aquella procedente de la sierra peruana y la Amazonia, así como a la información etnohistórica y los relatos modernos de pueblos tradicionales de la costa norte. El octavo capítulo, dedicado a los ancestros, divinidades y sacrificios humanos, establece paralelos simbólicos y metonímicos entre diversos elementos de la iconografía Moche. Las relaciones propuestas entre plantas, genitales, mujeres, cántaros de chicha, sangre y montañas aparecen como intercambiables –asociando campos de significado simbólico ejemplificados por el conjunto “montañas-olas-sangre”– y nos revelan el complejo juego de adscripciones conceptuales que debió estructurar la vida ceremonial Moche.

De Bock sugiere que los sacrificios humanos fueron conducidos por tres grupos diferenciados por género, status y performance: guerreros (muerte por degollamiento), oficiantes femeninos y oficiantes masculinos (encargados de los sacrificios por desmembramiento y exposición a aves o a la intemperie). El rol femenino en la ritualidad Moche es considerado central por De Bock, quien señala su aparición recurrente en las escenas de sacrificio e identifica el vínculo simbólico entre mujeres y cántaros, con ambos siendo representados como receptores de líquidos vitales y espacios de fertilidad, transición y regeneración. A modo de conclusión, De Bock retoma el análisis del denominado Tema del Sacrificio –uno


 

de los componentes principales y de mayor complejidad del corpus de escenas pic- tóricas y escultóricas de la costa norte durante el primer milenio dC-, sosteniendo que la iconografía Moche puede ser estudiada como un documento etnográfico independiente. La referencia a lo “etnográfico” de la iconografía Moche debe ser entendida no como una justificación a su empleo como fuente de imágenes de la vida cotidiana, sino en el sentido de la aceptación de los documentos gráficos Moche como reflejo de conductas socialmente significativas y recurrentes. En esa perspectiva, compartida por la mayoría de investigadores del arte Moche, la iconografía adquiere el valor del testimonio más detallado con el que se cuenta para reconstruir la historia y las formas de pensamiento de esa sociedad prehispánica. El trabajo de De Bock incorpora numerosos puntos de partida para nuevos estudios de la iconografía Moche. Para este investigador la posición de los personajes sentados mostraría relación con el género y el status de los personajes, los cuales pueden aparecer inclinados hacia adelante, como en el caso de algunas mujeres y prisioneros, o con la espalda recta y sobre un asiento, como en las representa- ciones de jerarcas. La ubicación sedente sobre el suelo, compartida por mujeres y cautivos es apreciada como un signo del vínculo en la propiciación religiosa entre lo femenino y el rol sacrificial de los prisioneros. Asimismo, el investigador revisa la postura y gestos de los personajes de escenas complejas de combate y sacrificio, identificando a la posición corporal y distribución de la parafernalia guerrera como indicadores de status y proponiendo que los gestos manuales de algunos participantes de las escena de sacrificio y brindis ritual demuestran su tránsito desde un medio de origen hasta otro donde la acción adquiere significado pleno.

Para De Bock, el sacrificio humano representado en la iconografía es ejecutado por seres humanos cuya performance ritual les permite trascender su condición humana para adentrarse en lo divino, un estado indicado por la adición de col- millos y otros rasgos zoomórficos. Esta afirmación contrasta con lo expuesto en las obras de otros investigadores de la iconografía Moche, puesto que las figuras que conducen los ritos sacrificiales son interpretadas no como dioses sino como miembros de la nobleza actuando como mediadores entre la cotidiano y lo so- brenatural. Al respecto, debe aclararse que si bien otros autores identifican a esos personajes como divinidades, la mayoría de ellos también han aceptado que los contextos funerarios de élite corresponden a jerarcas que en vida adoptaban identidades miméticas con los dioses Moche. Si bien la propuesta de De Bock fue dirigida hacia la iconografía, sus implicancias son importantes en estudio de las identidades expresadas en contextos funerarios de mujeres y varones nobles (cuyo número registrado metódicamente se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas), debiendo contribuir a evaluar nuevas direcciones teóricas


 

e interpretativas sobre los fundamentos de la legitimación del poder y autoridad entre los Moche.

Una de las contribuciones principales del libro de De Bock a los estudios Andinistas es su reconstrucción de los principios de organización jerárquica de los guerreros Moche. El debate sobre la naturaleza ritual o secular de la guerra Moche -que se va decantando hacia la aceptación de un militarismo ritualizado vinculado al antagonismo político intrarregional- se ve beneficiado por la propuesta de De Bock sobre laorganización de los combatientes en grupos complementarios conformados a partir del status y filiación social de sus integrantes. Al respecto debe indicarse que la falta de datos sobre la procedencia de la mayoría de piezas cerámicas Moche expuestas en museos ha dificultado reconocer patrones locales y sub-regionales en la producción de vasijas con escenas de combate y militarismo. Si bien esto viene siendo modificado por el incremento de excavaciones en sitios Moche, cabe señalar que hasta el presente no han surgido propuestas específicas sobre identidades locales manifestadas en imágenes de combatientes y oficiantes y (como probable resultado de la falta de avances en ese punto) sobre la asociación, oposición o competencia entre los asentamientos investigados.

La aproximación estructuralista a la iconografía prehispánica en la obra de De Bock nos conduce a tratar uno de los principales puntos de debate y contro- versia en los estudios regionales: ¿hasta qué punto la información etnohistórica y etnográfica Andina refleja losvalores culturales de sociedades desarrolladas siglos antes del contacto entre esa región y Europa? Los puntos comunes detectados en la ideología y ritualidad de poblaciones prehispánicas tempranas y tardías y del periodo Colonial tienden a apoyar la idea de una fuerte continuidad organiza- tiva y filosófica en la que el dualismo adquirió un rol fundamental. Es necesario recordar que si bien los datos etnohistóricos indican que los principios de auto- ridad de las entidades sociopolíticas regionales estuvieron basados en sistemas de organización social e ideológica bipartita (con énfasis en el control de la fuerza laboral sobre el dominio territorial), esas mismas fuentes señalan que el desarrollo económico y sociopolítico de las civilizaciones Andinas anteriores al contacto con Europa no fue estático sino que incorporó cambios en la organización y función de las instituciones sociales vinculadas al gobierno y a la posesión del territorio. Los avances en la definición de la continuidad y discontinuidad cultural Andina deberán basarse, en parte y como consecuencia de lo antes señalado, tanto en una necesaria distinción entre dualismo ideológico y dualismo social como en el análisis de las estrategias regionales de dominio político y extracción de recur- sos, ello para evitar recaer en modelos interpretativos rígidos y divorciados del escenario histórico local.


 

Sin duda, al apreciar la obra de De Bock nos encontraremos mejor preparados para entender los principios fundamentales del discurso iconográfico Moche, pero también debemos estar dispuestos a contrastar esos principios con las evidencias materiales de la conducta humana. Esta publicación no solo enriquece el debate sobre la iconografía Moche sino que busca también articular ese campo a la investigación de paisajes arquitectónicos y materiales contextualizados que –en conjunción con las artes visuales– brindan las bases necesarias para comprender las particularidades del pensamiento, ritualidad y vida cotidiana de esa sociedad.

 

Jorge Gamboa