Reseñas

Labardini Fragoso, Indra (coord.), México y Cuba. Perspectivas históricas y culturales de la relación bilateral

Itzel Toledo García *
Universidad Nacional Autónoma de México, México

Revista de Historia de América

Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México

ISSN: 0034-8325

Periodicidad: Semestral

núm. 156, 2019

revhistoamerica@ipgh.org



Labardini Fragoso, Indra (coord.), México y Cuba. Perspectivas históricas y culturales de la relación bilateral

El Centro de Investigaciones sobre América Latina y El Caribe de la UNAM publicó de forma electrónica una interesante obra que se enfoca en el dinámico contacto entre México y Cuba, principalmente durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI, bajo la coordinación de Indra Labardini Fragoso. La coordinadora es una internacionalista e historiadora que se ha concentrado en sus investigaciones a estudiar los vínculos diplomáticos y las relaciones internacionales entre México y Cuba de 1901 a 1934, enfocándose en la posición del gobierno mexicano frente a la implementación de la Enmienda Platt en Cuba y a la presencia del constitucionalismo en la isla.

La publicación de esta obra es un acierto editorial porque nos ofrece una revisión historiográfica y una fresca mirada sobre la relación en el siglo XX en donde se resalta la vecindad geográfica, las constantes presiones estadounidenses que pusieron la soberanía territorial y política de los dos países en entredicho, los retos que sostuvieron los movimientos revolucionarios al convertirse en gobierno y un lento alejamiento desde la década de los noventa que sigue en proceso de reconfiguración en la segunda década del siglo XXI. Además, se logra un diálogo interdisciplinario entre Historia, Relaciones Internacionales, Estudios Latinoamericanos, Historia del Arte y otras áreas de conocimiento.

Con la participación de trece especialistas, esta obra ahonda en el campo de conocimiento de la Historia Internacional al tratar temas tan variados como son las relaciones diplomáticas históricas y actuales, entendidas tanto en un contexto bilateral como multilateral; los contactos culturales e intelectuales con los flujos de ideas estéticas y géneros musicales; y cómo se compenetran las revoluciones y la identidad nacional. Sus autores y autoras utilizan distintas fuentes primarias y secundarias que van desde diarios y documentos de archivos institucionales hasta recortes de periódicos y pronunciamientos de autoridades de alto rango. Los trabajos nos presentan las discusiones historiográficas sobre los temas que van tratando y nos recalcan su contribución para la literatura y en algunos casos un marco teórico-conceptual que utilizan para su análisis. Es de resaltar que los y las especialistas lograron mantener un rigor académico y tienen un estilo ameno que son el resultado de las ponencias presentadas durante el Coloquio Internacional “México y Cuba: pasado y presente” que tuvo lugar en el CIALC en noviembre de 2013. Por lo tanto, es un libro agradable y fácil de leer que nos invita a investigar más sobre todos los temas. Es una obra accesible para todo tipo de público interesado en la historia de la relación bilateral y los temas de carácter internacional actuales. A la misma considero que solamente le falta una conclusión que sugiera líneas de investigación a profundizar y que problematice los debates que surgen a lo largo de la obra.

A través de cuatro partes —con tres capítulos cada una— el libro nos deja ver, primero, los lazos culturales, después, la presencia de la Revolución Mexicana en Cuba, para seguir con el contacto entre México y la Revolución Cubana y, finalmente, las perspectivas actuales. En la primera sección “Lazos culturales mexicano-cubanos” Carlos Véjar Pérez-Rubio, Olga María Rodríguez Bolufé y Rafael Carralero nos adentran a la relación desde la cuestión cultural, tomando en cuenta música, literatura y arte. Aprendemos sobre la influencia de la migración cubana en la cultura veracruzana durante el Porfiriato con la difusión del danzón, y durante la posrevolución con el son cubano. De ese contacto popular pasamos al de los intelectuales José Vasconcelos, Julio A. Mella y Juan Marinello, quienes fungieron como paradigmas de intercambio de ideas sobre la labor del medio artístico frente a sus poblaciones. Esto se conecta con las estancias de José Martí y José María Heredia en México, quienes explican el inicio de la particularidad del lazo de hermandad entre México y Cuba. Comprendemos la riqueza de la relación bilateral que siempre es mucho más compleja en la práctica al tener efectos en la población.

La segunda sección, “Presencia de la Revolución mexicana en Cuba”, trata de temas controversiales sobre este período de la historia internacional mexicana que en general se caracterizó por un nacionalismo revolucionario y una constante tensión ante la postura exigente de Estados Unidos. Los temas son: la cuestión de los destierros en Cuba y el trabajo de México en el marco continental, es decir, el panamericanismo. La historiografía mexicana poco a poco se ha interesado en entender la Revolución Mexicana en otras partes del mundo; Elsa Aguilar Casas e Indra Labardini Fragoso nos presentan la experiencia de huertistas y constitucionalistas exiliados en Cuba, pues el arribo de un grupo al poder llevaba a la salida de los antagonistas. Ambas autoras develan el vínculo entre los exiliados en la isla con los que estaban en Estados Unidos, había una relación triangular en la creación de información, la emisión de artículos de prensa, el envío de armas e incluso la planeación de excursiones militares. Por otra parte, Yoel Cordoví Núñez explora la participación de México en la VI Conferencia Panamericana que tuvo lugar en La Habana en 1928. Son pocos los estudios que existen sobre la participación de nuestro país en las conferencias panamericanas y con este capítulo aprendemos de la política latinoamericanista mexicana que buscaba democratizar a la Unión Panamericana.

La tercera sección se titula “México y la Cuba Revolucionaria”. Dos capítulos experimentan la percepción del movimiento revolucionario en México en los años cincuenta, uno escrito por Martín López Avalos se enfoca en la presencia del Movimiento 26 de Julio en México, mientras que el trabajo conjunto de Margarita Espinosa Blas e Irma Rincón Rodríguez en la lectura de la Revolución Cubana en la prensa de Querétaro. Por su parte, Lázaro M. Bacallao Pino analiza el contexto de cambio de la prensa en Cuba desde la Revolución hasta la actualidad con un análisis teórico conceptual sobre la prensa socialista. A través de estas participaciones conocemos con más profundidad la lectura y la aplicación que se fue dando sobre el comunismo en Cuba. Asimismo, podemos conectar el evento nacional cubano con el marco global de la Guerra fría y lo ligamos con un contexto micro como el de la prensa de Querétaro en 1959.

La cuarta sección del libro se titula “La relación México-Cuba: perspectivas actuales” y cuenta con las contribuciones de Ana Covarrubias Velasco, René Patricio Cardoso Ruiz y Ricardo Domínguez Guadarrama. A partir del análisis de declaraciones públicas, pactos secretos ubicados en el Archivo Nacional de la Biblioteca Lyndon B. Johnson y artículos de la prensa contemporánea mexicana, obtenemos una lectura crítica de la relación bilateral desde 1959. La importancia de Estados Unidos es evidenciada para la reconfiguración del lazo que ha ocurrido desde el gobierno de Zedillo y a lo largo del siglo XXI con el acercamiento a los exiliados cubanos que buscan un cambio en la isla a la vez que se han mantenido las relaciones diplomáticas y promovido el respeto del principio de no-intervención. Resalta la invitación por parte de los autores a no idealizar la relación bilateral como lo han promovido los gobiernos de ambas naciones desde 1959 y a recordar que ha habido momentos de acercamientos y alejamientos, si bien ha existido una constante disposición al diálogo.

Esta obra, al tener un balance entre lo político, cultural e intelectual logra trascender del enfoque historiográfico diplomático al internacional. Tiene el potencial de ser comparada con aquéllas que se dediquen a otras relaciones bilaterales en la región para así tener un análisis más profundo, así como el lazo de distintos países latinoamericanos con Estados Unidos como lo han hecho recientemente Stefan Rinke con su libro América Latina y Estados Unidos. Una historia entre espacios desde la época colonial hasta hoy y Vanni Pettinà en Historia Mínima de La Guerra Fría en América Latina.1 Por lo tanto, esta obra puede ser de utilidad para que especialistas en los enfoques de Historia Internacional y Global recuperen a la región latinoamericana que, como señaló Matthew Brown, ha tendido a ser marginalizada.2

Notas

1. Stefan Rinke, América Latina y Estados Unidos. Una historia entre espacios desde la época colonial hasta hoy, México, El Colegio de México-Marcial Pons, 2016; Vanni Pettinà, Historia mínima de la Guerra Fría en América Latina, México, El Colegio de México, 2018.
2. Matthew Brown, “The global history of Latin America”, Journal of Global History, no. 10, 2015, pp. 365-386.

Notas de autor

* Becaria del Programa de Becas Posdoctorales, asesorada por el Dr. Silvestre Villegas Revueltas. Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México, correo electrónico: itzeltoledog@gmail.com
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