La occisión ritual mesoamericana y la prisión de Cortés
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Resumen
En diversas fuentes referentes a la Conquista se relata que Cortés fue hecho prisionero: en Chalco, cuando estaba amagando la cuenca de México para cercar a los mexica en Tenochtitlan, y posteriormente en Tlatelolco, durante el sitio que conllevó a la destrucción de ambas ciudades. Y aunque se destaca que escapó con la ayuda de sus propios soldados o por el auxilio de sus aliados acolhuas, no se explica por qué no lo mataron en ese momento. Si eso hubiera sucedido, ello habría tenido trascendencia en la respuesta de los pueblos mesoamericanos ante la invasión mercantil hispana, y de algún modo habría cambiado el curso de la historia.
Al respecto, consideramos que ese hecho tiene que ver con la visión cosmogónica mesoamericana en relación al papel de la occisión humana y el sacrificio propiciatorio del corazón que realizaban los guerreros con sus cautivos; de ello tenemos referencia en las fuentes etnohistóricas, que puede contrastarse con datos de la antropología física, tal como se muestra en restos óseos que evidencian la occisión ritual y el tratamiento post sacrificial del cuerpo del cautivo. Lo cual indica el propósito de los guerreros mexica, de capturar a Cortés para conducirlo a la piedra de sacrificios del templo de Huitzilopochtli o de Tezcatlipoca.
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